Ojalá todos pudiéramos entender que unas cuantas gotas de amor y empatía sanan cualquier herida. Inclusive las que no se llevan en la piel.
Y es que día a día llega a mi consulta personas con deseos de hablar, de ser comprendidos, cansados de sentirse mutilados en en sus cuerpos y sus almas, con anhelo de encontrar una esperanza, una persona sincera que realmente se preocupe hasta por el dinero para el bus y cuantas veces podrá venir a curaciones
Tengo muchas anécdotas y obvio todas con autorización para poder relatarlas